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Cultura de la innovación en las aulas de clase
¿Cómo promover la cultura de la innovación en las aulas de clase? El mundo cambia constantemente y la educación es una de las áreas que más demanda nuevos retos. Conoce en este post sobre la innovación en las aulas.
¿Qué es la innovación?
Antes de entrar a hablar de innovación en las aulas de clase, es necesario precisar y abordar este concepto por separado. La innovación es una acción dirigida a un cambio, que por lo general busca la mejora de un estado anterior. Esta acción ha estado presente en toda la historia del desarrollo humano.
La capacidad de innovar es lo que nos posibilita mejorar y crear situaciones, procesos y cosas mejores día a día. Es por tanto, una acción innata en nuestro ser. La innovación está presente en todas las áreas, y ha sido así por mucho tiempo. Sin embargo, pareciera que este concepto cobra cada día más y más importancia.
Esto se debe a que el mundo se enfrenta a grandes cambios hoy más que nunca. Desde la época de la industrialización y la posterior llegada de internet, los cambios sociales y tecnológicos se multiplicaron.
Hoy la innovación so es solo una opción, sino casi una obligación en todos los campos de la acción humana.
Cultura de la innovación en las aulas de clase
¿Qué cambios ha tenido la educación?
Sin duda, uno de los campos de acción humana que más se permea de innovación y cambio constante es la educación. En las últimas décadas han surgido nuevos modelos educativos. Todos ellos orientados a mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje.
La implementación de estrategias como aulas rotativas, aulas invertidas, aulas virtuales entre otras, son comunes en muchas instituciones. Por otro lado, la incursión de la escuela en los ambientes virtuales de aprendizaje ha sido quizá una de las mayores revoluciones educativas en la última década.
Innovación en las aulas de clase
En estas estrategias, el estudiante se tiene mucho más en cuenta y adquiere mayores responsabilidades. Otro cambio importante es que cada vez más, la enseñanza se da de forma horizontal.
Es decir, se deja de ver el docente como una figura de autoridad portadora de la información, y se pasa a estrategias más horizontales. En estas, el estudiante participa de forma activa en la generación de su conocimiento.
Aulas, un espacio de formación del ser y el saber
Antiguamente, las aulas de clase eran un espacio que formaba solo en conocimientos. Un maestro era un portador único de conocimiento. Este era transmitido a los estudiantes, quienes se consideraban alumnos, palabra que se significa ‘sin luz’.
Con el paso del tiempo se empezó a considerar que las aulas de clase debían también formar en habilidades propias de la vida. Así, las cátedras de ética, valores y proyecto de vida se volvieron cada vez más frecuentes e incluso obligatorias dentro de los de estudio. planes
Hoy en día resulta fundamental para las escuelas formar en lo que se conoce como ‘Habilidades blandas’. Estas se refieren a aspectos como la resolución de conflictos, la relación con los demás, la capacidad de expresarse y las habilidades para trabajar en equipo.
La nueva formación demanda que estos aspectos se incluyan cada vez más dentro de las habilidades a fortalecer en la escuela.
Formación en inteligencia emocional
En las nuevas aulas, la formación en inteligencia emocional se vuelve cada vez más relevante. Pedagogos reflexionas que de nada de sirve a un niño o niña reconocer donde están todas las capitales del mundo, sino sabe donde poner su ira, su enojo o su frustración.
Aquí vemos que la innovación se da en la visión de la escuela y no necesariamente en la introducción de herramientas tecnológicas. Es común confundir la innovación con la tecnología y este ejemplo nos muestra que son dos cosas distintas.
Muchos colegios han optado por incluir en el pensum clases de yoga o meditación. Esta tendencia es especialmente fuerte en los países asiáticos. El bienestar emocional ha demostrado verse reflejado en mejor desempeño en otras áreas del conocimiento. Así, para innovar dentro de las aulas en necesario reconocer que estar bien es fundamental para aprender bien.
Para fortalecer estos entornos, es vital que se medie en las relaciones personales que se dan en las aulas. Fomentar el trabajo en equipos es una manera de lograr este objetivo. Por otro la resolución asertiva de conflictos ayuda a construir la inteligencia emocional.
La innovación en este ámbito, sugiere la presencia de profesionales del desarrollo y la psicología dentro de las escuelas y colegios.
Cultura de la innovación en las aulas de clase
Tecnología ¿aliada o enemiga?
Abordar el aspecto tecnológico de la innovación requiere hacer ciertas claridades. En primer lugar, adquirir equipos tecnológicos dentro de un establecimiento educativo no es sinónimo de por si de innovación. Estos deben atender a una meta o propósito definidos.
Muchos docentes manifiestan el miedo a incluir tecnologías en las aulas, por un lado, por la dispersión que esto puede generar, y por otro, por el desconocimiento. Capacitar a los docentes en el uso de la tecnología es una condición necesaria antes de introducirla en las aulas.
La tecnología, de este modo, solo se convierte en una aliada si tiene un propósito definido. Hoy en día, hay innumerables herramientas digitales para promover la enseñanza. Hay aplicaciones que permiten dinamizar los exámenes con el uso de trivias y aulas virtuales donde los padres de familia pueden seguir el progreso de sus hijos.
También podemos encontrar aplicaciones que facilitan el aprendizaje de idiomas. Del mismo modo, existen cada vez más programas para afianzar el conocimiento e áreas como las matemáticas, la geografía o el español. Así pues, integrar estas herramientas dependerá de la adecuada implementación y establecimiento de objetivos.
Pensamiento investigativo
Una de las tendencias en la educación es la que invita a los alumnos a pensar y hacerse preguntas. A esto se le llama pensamiento investigativo y es otra manera de innovar dentro de las aulas. Con esta metodología, el docente no imparte conocimientos, sino que guía a los estudiantes en la exploración de un fenómeno cercano.
Para esto también se pueden dar preguntas guías, que los estudiantes se aventuran a resolver. Por ejemplo ‘¿Por qué el cielo es azul?’, o ¿cómo nacen las plantas en el jardín? Así, los niños y niñas se vuelven activos en su propio aprendizaje.
Retos en la innovación
Como seres humanos, es natural pasar por etapas de resistencia al cambio. Esto se puede dar, por ejemplo, en docentes que llevan mucho tiempo ejerciendo de una misma manera. También en estudiantes próximos a terminar sus estudios, a quienes les puede resultar más difícil adaptarse a la novedad.
Uno de los retos a la hora de promover la cultura de la innovación en las aulas es capacitar a todos los involucrados. Por otro lado, se hace necesario establecer pruebas piloto antes de implementar cambios definitivos. Así, se genera un ambiente de confianza en el cambio y se disminuye el miedo a fallar.
La implementación y documentación de pruebas piloto sirven mucho en la superación de estos retos. Además, son valiosas como experiencias para otras instituciones que quieran enfrentarse al reto de innovar.
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Retroalimentación una clave para innovar
Innovación en las aulas de clase
Es necesario siempre evaluar el impacto de los cambios. Así se sabe si estos cumplieron su objetivo de mejora. Esto solo se puede lograr si se hace un seguimiento y registro antes y después de la implementación del mismo.
Para esto se sugiere seguir la metodología del ciclo PHVA. Estas son las siglas de las palabras: Planear, Hacer, Verificar y Actuar. La anterior es una fórmula propia de las ciencias administrativas que encaja muy bien en la implementación de cualquier proceso.
La planeación es el momento donde se piensa y estructura el cambio. Ponerlo sobre papel y establecer unos resultados esperados resulta fundamental en este paso. Posteriormente viene la etapa de Hacer, que es propiamente donde se a la implementación del mismo. La Verificación se refiere al proceso de evaluación, respondiendo a las preguntas ¿qué salió bien? y ¿qué se puede mejorar?
Por último, está el momento de actuar. Es allí donde la innovación encuentra su lugar. Si se encuentra que el cambio tuvo un impacto positivo, se puede hablar de innovación. En la etapa de actuar se pueden corregir aquellas cosas que pudieron salir mejor, y de este modo perfeccionar el proceso de innovación.
¡Importante! No olvidarse de la opinión de los estudiantes
Todas las acciones de mejora se encaminan a brindarle al estudiante una mejor calidad en su aprendizaje. Es por esto que saber su opinión resulta fundamental en los procesos de innovación. Luego de implementar un cambio, es importante conocer el impacto de este en la totalidad o en una muestra significativa de estudiantes.
En este paso, es importante incluir preguntas sobre el antes y el después de introducirse el proceso de innovación. Esto ayudará a saber si el cambio fue efectivo para las personas a las que realmente va dirigido: los estudiantes.
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